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segunda-feira, 7 de novembro de 2016

El verdadero cristianismo - parte 5


por:
José Augusto de Oliveira Maia
04.11.2016


SERIE DE ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO "EL VERDADERO CRISTIANISMO", DE WILLIAM WILBERFORCE (*)

CAPÍTULO V - la excelencia del verdadero cristianismo

En este quinto capítulo, Wilberforce habla de la excelencia de la verdadera fe cristiana, llegando a la conclusión de que la consistencia interna de sus principios fundamentales, y el vínculo indisoluble que existe entre el ensino y la práctica de la vida cristiana, es un signo innegable de la excelencia de la mensaje de Evangelio predicado y vivido por los verdaderos cristianos.

Las principales doctrinas cristianas - la corrupción generalizada de la naturaleza humana, la necesidad de Cristo para la reconciliación de la Humanidad caída con Dios, y la santificación de la persona nacida de nuevo por la obra del Espíritu Santo - son perfectamente armoniosas y de forma individual consistentes con los preceptos prácticos de la vida cristiana genuina.

Por su parte, los preceptos prácticos de la fe cristiana - el temor y el amor a Dios y a Jesucristo; el amor, la bondad y la sumisión a sus semejantes; indiferencia a los valores materiales de la vida; y la abnegación y humildad - también son absolutamente armoniosos entre sí.


En contrario esto, los valores del cristianos nominales colocan sus seguidores uno contra el otro, a través del orgullo, la arrogancia, la codicia y el deseo de honor mundano; a estos conflitos el cristianismo nominal se limita a aplicar un barniz de cortesía y gentileza, que "no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne." (Colossenses 2:23).

Pero el verdadero cristianismo no está satisfecho con la simples producción de una apariencia de virtud. Él busca la sustancia real, que resista el escrutinio del ojo de Dios, que conoce nuestros corazones (Salmo 139:23, 24).

La verdadera fe cristiana condena la envidia, la codicia por la vida material, y aprecia mucho una vida de virtud apartada del pecado, tanto público como oculto; la verdadera sabiduría, la que viene de lo alto, es marcada por la humildad, la pureza, la paz, la misericordia, la imparcialidad y la sinceridad, al tiempo que rechaza la envidia y la ambición, donde vienen toda controversia y falta de paz (Hebreos 12:14; Santiago 3:13 - 18)!

La graça de Dios manifestada en Cristo, y proclamada a los cuatro rincones del mundo por el mensaje del Evangelio, y la enseñanza de la doctrina cristiana, conduce el Hombre cambiado y transformado por ella a una vida de santidad, atando sin lugar a dudas, el creer y el practicar.

(*) - WILBERFORCE, William "Cristianismo Verdadeiro"; Editora Palavra, 2006; traducción de Jorge Camargo (Brasil)

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